viernes, 21 de diciembre de 2012

deberes y prohibiciones...

Sinceramente creo que estás dejando de luchar, y lo estás abandonando todo, no sé si sera por miedo, por aburrimiento, por monotonía, distancia...  pero no creo que sea una excusa para hacerlo, ya no me demuestras tu amor, y sé que puedo tener parte de la culpa, que a veces pago mi mal humor contigo y todo eso, y también lo siento. Deberíamos tener eso prohibido. Deberíamos prohibirnos no intentar comprendernos mutuamente, que ninguna vida vale más que otra, que cada uno tiene su destino y su camino, y nadie debería estar entre dos caminos. Deberíamos buscar nuestra propia felicidad, pensando que podemos ser mejores y hacerlo mejor... deberíamos hacer tantas cosas... y deberíamos comprender que lo que la vida te da, también te lo quita.

Es muy triste

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martes, 18 de diciembre de 2012

yo... y tu?

Hay veces que tu mundo te puede, que todo a tu alrededor parece ir a otra velocidad, que no te sientes cómodo con nada ni con nadie y lo único que deseas es no pensar... pero no se puede, es imposible, y uno acaba pensando todo tipo de calamidades. ¿Qué haría otro si estuviera en mí? ¿Qué harías tú? ¿Te comprenderías a ti mismo si te vieras desde fuera? Ojalá lo supiéramos... Y es que hay veces que una pareja arrastra tanto que ni el amor es suficiente, y es entonces cuando empiezas a recordar todo lo vivido con la pareja, y dicen que es bueno ya que puedes regresar siempre que lo deseas al momento que quieras, nadie te puede robar o impedir eso, pero puede llegar a ser un auténtico calvario, darte cuenta de que siempre que vuelves el recuerdo puede ser diferente, y si es diferente uno lo acaba siendo también. Lo peor de una ruptura es que si no hay ningún signo de remordimiento en las horas siguientes, verdaderamente todo se a acabado; si lo hay quizás se pueda solucionar. Y en ese tiempo posterior se recuerdan las chimeneas, los paseos, las velas gastadas, las que se podrían haber gastado, el azul y el verde, las camas y mil cosas más que parece que haya 9 vidas que recordar... pero sobre todo las noches... esas noches que llegaron a ser mágicas, noches en camas con frases "curiosas", noches frente a chimeneas, noches con una esencia especial... y empiezas a rebozarte en tu propia mierda. Alguien me dijo una vez que siempre hay que intentar poner más noches que días en la vida; pero cuando todo se acaba solo puedes romper a llorar, y si al final no se acaba es cuando puedes romper a reír, pero estoy seguro que casi siempre vale romperse por esos sentimientos y por el cambio que conllevan, que me gusta pensar que siempre es positivo. Desearía que, en el peor de los casos y cuando llegue el día (que a mi pesar podría llegar), cuando empieces a recordar en las horas siguientes surja un signo de remordimiento auténtico, y me digas ven porque, de verdad, si tú me dices ven lo dejo todo, pero dime ven.