sábado, 13 de febrero de 2010

El inteligente ser y su presa

El inteligente ser se agazapó en la oscuridad. No quitaba los ojos de su presa. La observaba, cada movimiento de su cuerpo era cuidadosamente analizado. A su alrededor no había nadie que mostrara intenciones de ir a por ella, así que pudo planificar su ataque libremente: Cambió su posición para estar a su espalda y sin que ella se diera cuenta, se acercó sigilosamente, intentando que no se fijara hasta el último instante, cuando ya fuera demasiado tarde. Pero cuando sólo le faltaban unos centímetros para tenerla delante, ella se volvió. Un momento de confusión embargaba ambos cuerpos, lo que hiciera en ese instante podría ser definitivo; aunque ella quisiera, no hubiera podido huir, una mirada bastó para paralizarla y él, haciendo acopio de sus poderosas armas se lanzó a por la presa. El hombre cogió a la mujer y la besó apasionadamente.