lunes, 18 de enero de 2010

23

Sobre mi corazón de cristal
dejaste una carga tan pesada,
que después de desequilibrar (se)
pasaron ninfas y hadas,
criaturas que vagaban por el limbo,
caballeros con espadas...
incluso dioses del Olimpo.

Buscando cada pedazo perdido,
recomponiendo cada trodo partido,
entre todos intentamos reconstruirlo
para no perderme en el olvido.

Pero un fragmento desapareció,
mi alma por todo el mundo lo buscó,
hasta que, al final, falleció.

Mi amor se desvaneció
y en mi lecho de muerte comprendí
que, en tu corazón,
que antes habia fuego y ahora sólo carbón,
estaba aquello que se perdió
y que al final me mató,
condenándome a la peor muerte de todas:
la muerte por amor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario