"Las palabras tienen algo especial. En manos expertas, manipuladas con destreza, nos convierten en sus prisioneros, se enredan en nuestros brazos como tela de araña y en cuanto estamos tan embelesados que no podemos movernos, nos perforan la piel, se infiltran en la sangre, adormecen el pensamiento. Y ya dentro de nosotros ejercen su magia"
domingo, 22 de diciembre de 2013
Algo llamado fin.
Algunos os preguntaréis: ¿Cómo es que permití que esto pasara? Tanto horror... y más que habría seguro. Nada me gustaría más que hablaros del final, ahora que esta fresco, y ¡qué coño! así lo haré. Prestad atención a lo que se encontró una vez el muchacho hubo acabado con su tortura: "Sin saber cómo, le abrí la puerta y se fue metiendo de a poquito en mi vida, se coló por donde pocas personas han podido y se instaló en mi psique, justo en medio entre mi pasado y mi futuro. Le di cabida en mi alma y no me arrepiento, pues la ha ido incendiando lentamente hasta el punto de sentir el fuego recorriéndome las venas y el cuerpo haciéndose cenizas, cayéndose en pedazos y volviéndose a construir... No puedo decir que de mi vida sea un retazo, porque es mucho más mi sentir". Nunca llegamos a saber si era su otro yo (su ego o personalidad oscura) o su amada a quien se dirigían estas líneas, ya que ambos, aunque de manera distinta, incendiaron su alma una y otra vez hasta acabar cuasi con él.
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