martes, 1 de abril de 2014

Si no encuentras tu camino, créalo.

Como a la mayoría de la gente, no me gustan las despedidas. De ninguna clase. Y mucho menos ésta, es el período de tiempo más largo y más lejano donde yo nunca haya estado, y tanto mis amigos como mi familia tenían una gran sonrisa en el rostro, como se suponía que debía de ser, aunque no fuera, y algunos al final irremediablemente dejaron caer alguna lágrima. Aunque faltaba alguien en esa despedida...
No quiero mentir, me dio mucha tristeza el haber partido, verlos a todos saludándome a lo lejos, creo que sí que me dolió un poco despedirme.
En esencia estaba ansioso por irme, porque sabía que no me dirigía al destino que ponía en mi billete, sino que empezaba el viaje hacia un mundo nuevo, un espacio desconocido y una aventura que me cautivaría en muchos sentidos.
Pero no estaba contento, no podía sonreír ni hacer bromas. Apenas podía mirar a algunas personas a la cara en la despedida. Cuando me llegó la hora saludé con la mayor rapidez que pude ("nos vemos pronto") y me fuí. Por un rato no deseaba sentir, y sobre todo no quería pensar.
Creo que cuando traspasé la puerta sentí que un escalofrío me recorría todo el cuerpo. A veces por más que imaginemos una situación, por más que la fantaseemos una y otra vez, no la conocemos en absoluto hasta que la vivimos.
Una vez llegué al que sería mi asiento sentí un dolor tan profundo que casi resultaba inexplicable, no sé como pero me dolían hasta las uñas. ¿Sabes el "problema"? Que por más que me digo y me repito que voy a volver muy pronto y que esto no es para nada permanente, yo siento que acabo de realizar algo definitivo, tal vez por primera vez en mi vida. Es como si hubiera estado andando por el borde de un abismo, mirando abajo, observando el agua, deseando lanzarme, pensando en lo maravilloso que sería el salto y, de pronto, sin ninguna razón verdadera, hubiera decidido saltar. Es en ese instante en el que tomo impulso y mis pies se separan del suelo en el que estoy ahora. sé que el agua está ahí y me espera, pero no percibo lo maravilloso que es todavía.
Así me siento, en medio de un salto, lleno de dudas respecto al futuro, escribiendo una especie de diario instantáneo con la incertidumbre de saber cómo seguirá.

No hay comentarios:

Publicar un comentario