sábado, 21 de junio de 2014

Ese poema siempre fue tuyo, ese poema siempre fuiste tú... Aunque hoy no te parezcas

Te vi, con otro, y fue en ese justo momento cuando se me volvio a clavar algo aqui dentro (es increible cómo realmente parece que se te clava algo), y aún lo sigo sintiendo, te vi en fotos, no estoy tan cerca ni puedo estarlo como para verte de verdad, y te vi de rojo, con él, tan... extraña despues de este tiempo tan incierto, y yo y mi puñetero masoquismo me hacen visitarte de vez en cuando, aunque tú no sepas nada... Pero son estos momentos de debilidad a las 5.30 de la mañana cuando uno no puede dormir, la luz de la habitación parpadea sin cesar, y yo busco algo que ni yo mismo sé lo que es buscándote a tí. Escuchando canciones de Hombres G y comiendo un pastel de chocolate en la soledad nocturna de mi habitación... No sabes tanto de mí ahora y el hecho de decir cosas que no te gusten para que no me hables es un plan tan retorcido que no parece mío, pero quién mejor que tú para comprender estas cosas. Ahora amanece mientras tú duermes, pero no aquí, donde yo estoy falta un ratito aún para que eso ocurra, y ni amanece aún ni yo duermo. ¿Vale la pena intentar olvidar a alguien cuando sabes que es imposible? Hace mucho tiempo escribi aquel texto sobre la adicción y me anhelo de no querer dejarla... Es curioso como yo, que no soy escritor, parezco tener alma de uno... Hace poco leí que todos los escritores tienen ese tipo de tristeza dado que, la diferencia de tiempo entre lo que se tarda en escribir (unos pocos minutos a veces) y olvidar cada escrito (una vida entera) es demasiado grande, por eso vagan en bares y permanecen despiertos hasta altas horas con aires lúgubres y melancólicos, intentando simular lo contrario en ocasiones pero finalmente cayendo en este estado casi depresivo intentando olvidar lo que ellos mismos escribieron.

No hay comentarios:

Publicar un comentario