domingo, 14 de junio de 2020

Los átomos de los puzzles

Me tuve que acostumbrar a vivir sin ti, a no ver tus ojos cuando me despertaba en la mañana, ni tu sonrisa en mi casa, a no mandarte mensajes improvisados diciéndote lo mucho que te quería, y a dejar de explorar lugares nuevos y bonitos donde llevarte. Me tocó ser yo contra el mundo.
Lo intentamos una, dos, tres veces y simplemente la ecuación no funcionaba. Probamos mil maneras para tratar de entendernos, pero parecía que nos alejábamos más, que no estábamos hechos el uno para el otro, que el material y hasta esos átomos eran distintos entre nosotros.
Estaba convencido que eras mi persona especial, pero quizás solo logramos engañarnos a nosotros mismos. No había confianza. Tuve que borrar fotos, conversaciones y hasta tu número...
Confío en las vueltas que da la vida y en su curso natural. Hoy no nos tocaba ni mañana tampoco. Somos dos piezas que no encajan...
Pero había amor y no estaba disfrazado, había cariño y no eran migajas; había magia y no eran solo pequeños momentos, sino noches enteras. Me tuve que acostumbrar a que me doliera el pecho de extrañarte mientras tu te ibas rápido alejándote de mí. Eras mi pieza favorita y sin ti el puzzle se desmorona, aunque nunca terminásemos de encajar...


"Te vas a desenamorar de mí,
muchas veces.

Y no me importa.

Yo no quiero que vivas enamorado
de mí.

Lo que me importa es que vivas
eligiéndome.

Aunque estés enojado, triste, o agotado.

Que aún así, se acabe el día y digas:
"Ella, no sé por qué,
pero ella. Mil veces ella."

-Ana Luz Sanchez Soto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario